Reseña - Luca

País: Estados Unidos

Director: Enrico Casarosa

Elenco: Jacob Tremblay, Jack Dylan Grazer, Emma Berman

Sinopsis: Luca Paguro es un monstruo marino adolescente que vive en las aguas de la ciudad italiana Portorosso, y lleva una apacible vida junto a sus padres y su abuela cuidando de sus peces cabra. Sin embargo, la curiosidad siempre ha motivado a Luca a querer ver la superficie y a sus habitantes. Un día, Luca conocer a Alberto Scorfano, otro chico monstruo que tiene mucha experiencia en la superficie. Amistando con Alberto, Luca desafía a sus padres y se aventura a Portorosso para participar en una carrera y poder ganar una motoneta que lo llevará a él y a su amigo a descubrir el resto del mundo.

El estreno de una nueva película de Pixar llega acompañado siempre de un volumen muy alto de personas comentándola en las redes sociales. Es normal cuando se trata de la empresa más grande en la industria del entretenimiento. Luca, la nueva producción del multipremiado estudio, estrenado directamente en Disney+, no ha sido la excepción. Y llama la atención que, en esta ocasión, la batuta de la conversación la ha tomado la comunidad LGBT+ del mundo. Más allá de la intención con la que se hiciera la trama de la película (que según el director fue basada en una amistad que él tuvo en la infancia), del fenómeno del “shipping”, o de la identificación extremadamente válida que pudieran hallar muchas personas de la comunidad en obras no gays como ésta, valdría la pena preguntarse cuál ha sido la relación de Disney con el queerbating y cómo se reproducen sus características más reconocibles en Luca.

Según el académico australiano Joseph Brennan en su libro “Queerbaiting and Fandom: Teasing Fans through Homoerotic Possibilities” se define como “queerbating” una trama dentro de una obra de ficción donde dos personajes del mismo sexo parecen estar desarrollando una relación romántica. A pesar del interés, dicha relación termina por nunca ocurrir. Cuando ése mismo arco de desarrollo se aplica en dos personajes del sexo opuesto, la relación termina por sí consumarse. Es un término apropiado por el activismo queer para responsabilizar a lxs productores por la errónea o inexistente representación de la comunidad.

Es innegable que la historia de Luca está configurada a partir de experiencias muy específicas, y con un uso de metáforas bastante ad hoc, en la comunidad queer. Pero aparte de eso, la realidad es que Pixar, y Disney en general, siguen contando la misma historia al menos desde 2017; ésa que busca desesperadamente inspirarnos y enseñarnos que vale la pena vivir la vida; con el mismo modelo de familia de siempre; con los mismos valores de siempre; las mismas moralejas de siempre; la misma fórmula de toda la vida, en donde, por supuesto, la diversidad sexual existe pero solo a la periferia de las grandes historias; en la figura de una policía que aparece menos de 5 minutos o de un subtexto tan identificable que sus propios autores tienen que salir a desmentirlo.

Por supuesto que no se puede ignorar el corazón que la película logra a través de sus protagonistas, anclados en el también clásico arquetipo de “ser diferente”, pero que resultan absolutamente entrañables, y cuyo diseño remite a aquel fabuloso corto de 2011 que el director realizaría también para Pixar; La Luna. El reparto de voces, tanto en inglés como en español, otorgan sólidas interpretaciones, logrando transmitir una amplia gama de emociones.

Igual como ya es tradición, la musicalización y la animación son trabajos de alta calidad. La recreación de las costas italianas es un elemento que destaca mucho, y que transmite la probable nostalgia de Casarosa por la Génova de su niñez, hogar de aquella amistad que lo marcaría de por vida. Consiguiendo, al menos en lo visual, un representación mejor lograda que otros filmes recientes como Aquaman.

Luca es una cinta que se aleja de la grandilocuencia temática de Soul y se acerca a la emotividad de cintas como Up, Inside Out, Coco, su última gran película. Simple, corta, y al punto, la película se ve con agrado y claro que puede conmover hasta las lágrimas. Eso, tampoco ha cambiado. Muchas cosas no cambian. Y menos cuando se trata de la corporación más grande en la industria del entretenimiento. Cambiarán en apariencia eso sí; del beso recortado para los mercados asiáticos al subtexto que no es texto pero que se presenta lo suficiente como texto para no perder tu audiencia pero tampoco la del vecino. Así ha sido siempre y les ha funcionado. Y estará bien. Hasta que deje de estarlo.

 

Calificación


Disponible en Disney+





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