Reseña - A Sun


Nombre original: Yang guang pu Zhao

País: Taiwán

Director: Chong Mong-hong 

Elenco: Wu Chien-ho, Chen Yi-wen Ke Shu-qin

Sinopsis: Una problemática familia se quiebra ante la presencia de expectativas insatisfechas y una inesperada tragedia que pondrá a prueba su orgullo y sus vínculos.

La primera escena de A Sun, la nueva película del director taiwanés Chung Mong-hong, es pura violencia frenética, casi rayando en lo ridículo. En contraste, su secuencia final es de inmensa belleza, y de una quietud que recuerda una caminata por el parque. Lo anterior es solo consecuencia de la inusitada mezcla de géneros que la película hace a lo largo de sus dos horas y media de metraje; un pastiche que, contrario a lo que suele ocurrir con casos así, tiene algo que contarnos.

El Sol Que Abrasa presenta el resquebrajamiento de una familia, donde la tragedia del principio no es la responsable, sino solo la catalizadora. Los integrantes están atrapados en sus propias prisiones personales; malas decisiones, orgullo, altas expectativas, o el mero amor y devoción por la familia. La acción de A-ho, el hijo menor, lo único que hace es sacar esas mini prisiones de la rutina (que en este caso vendría representando el candado de la jaula) y enfrentarlas con la trascendencia en el microcosmos familiar. Y esa rutina se devela como la clave para entenderlo todo.


“Aprovecha el día. Decide to camino” repite el padre una y otra vez. En ocasiones tendemos a pensar en la vida como un camino recto que podemos recorrer sin mucho problema mientras hagamos lo que nos corresponde; y más allá de su falsedad, esa ilusión nos priva de ver lo que ocurre alrededor de la carretera. En El Sol Que Abrasa, la vorágine de la vida diaria se traduce en abruptos cambios de tono y, como se mencionaba al principio, hasta de géneros. Un momento estamos viendo un thriller, y al otro una comedia, para luego pasar a un melodrama de telenovela o a una animación contando un episodio de la infancia de algún historiador chino. A esto hay que sumarle elementos como una banda sonora contradictoria y anticlimática, tomas bizarras y saltos de tiempo totalmente repentinos; todo marinado en un slow burn que se extiende durante dos horas y media. Elementos que sin duda no hubieran funcionado sin las expertas manos de Chung, quien las amolda y les otorga sentido dentro de su trama.

En la periferia de A Sun se encuentra una historia de redención. Aquí, el rostro del redimido no es el de Jason Statham, Matt Damon, o el novio de Hollywood Keanu Reeves, sino el de Wu Chien-ho; un tipo tan simple con el que es imposible no empatizar a pesar de ser un completo fracasado. Su viaje de redención es motivado por una mala decisión que desencadena un efecto domino haciendo que la redención pase de ser la de un solo hombre a la de toda una familia; propiciando las poderosas actuaciones de Chen Yi-wen y Ke Shu-qin como los papás.


Terminado el metraje, resulta increíble que la cinta no se haya desbordado o caído en el tedio, y que en su lugar uno haya quedado tan confundido como conmovido. Pero pasado un rato, se acaba de entender porque este filme enterrado en el vasto catálogo de Netflix es el candidato de Taiwán para el Óscar a Mejor Película Extranjera, y que sus posibilidades de acabar en la lista final sean bastante altas.

Al final, en algo que es muy difícil capturar en pantalla, la última escena termina siendo más sobrecogedora que la primera, pues no solo sugiere que el ritmo de la vida en el siglo XXI siempre se acaba imponiendo, haciendo imposible lo que busca el protagonista, sino que la libertad de la que estamos tan seguros, y por la que peleamos en diversos frentes, es solo una ilusión...y que además no somos conscientes de ello. 


Calificación


Disponible en Netflix



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