Reseña - The Lighthouse
País: Estados Unidos
Director: Robert Eggers
Elenco: Robert Pattinson, Willem Dafoe
Sinopsis: A finales del siglo XIX, dos fareros en una isla
remota de Nueva Inglaterra luchan por no dejarse llevar por la locura del
aislamiento.
A cuatro años del estreno de The Witch, Robert Eggers
regresa a la pantalla para sumergir al espectador en un viaje por la lucidez de
la locura onírica, aquella de la que se despegan los preceptos espaciotemporales
a los que los sueños no requieren atarse. Evocando nuevamente un estilo visual
que complementa una obsesión con la minuciosidad del detalle para referenciar al
pasado, Eggers entrega una digna sucesora de aquella polémica cinta que nos dio
a Black Phillip. ¿Cómo? Pues con fareros embriagados y folclor de altamar.
The Lighthouse no busca escatimar su ominosidad desde que en
pantalla aparece la misteriosa imaginería en blanco y negro cortesía del hermoso
lente en blanco y negro de Jarin Blaschke, concediendo a la audiencia el
contacto visual con los protagonistas en pantalla antes de que los primeros
diálogos sean pronunciados: el espectador, como Ephraim y Thomas, es
comprometido al aislamiento en la isla.
Lo que sigue en la cinta es un descenso gradual en lo que
termina por ser una fábula macabra sobre la culpa, la penitencia y las arduas convenciones
laborales establecidas; el abuso de poder y la subyugación generacional, esto
mientras queda establecido inteligentemente el conocimiento de las locaciones y
la potencial importancia que tendrán. Al mismo tiempo, el duelo actoral nunca
se detiene.
Sea dicha la verdad, ambos estelares desatan todo su
potencial y entregan actuaciones atónitas para la posteridad. Robert Pattinson
y Willem Dafoe se juegan al tú por tú cada interacción que intensifica la ya de
por sí densa atmósfera, profundizando en una irracionalidad maniática que se
contiene tan rápido como se desata donde los personajes pasan de comer a
platicar y después pelear, sólo para finalmente abrazarse o reír y cantar en
cuestión de segundos. ¿Qué está pasando? Nadie lo sabe. Ni siquiera ellos.
Los personajes terminan tan sometidos como nosotros a una
psicodelia claustrofóbica permeada de incertidumbre, desesperación, y un
inherente homoerotismo que añade a la abrumadora experiencia sensorial en la
que la película se termina convirtiendo; el vómito, la tierra, la inmundicia y
la marea, todo tan envolvente como el siempre eterno sonar del faro, imposible
de olvidar. Para terminar de rematar, un sombrío y sutil score por Mark Korven.
La carga helenística que se le suma al relato proteico es
tan simbólica y vital como la influencia de la literatura de Lovecraft o
Melville, causando una mezcla de mitología griega con folclor marítimo y terror
que se percibe en historia e imagen, también permitiéndose referenciar
distintas obras pictóricas y cinematográficas sin perder la originalidad propia
de la que se ha construido. Lo que toma prestado lo transforma en una pieza más
del indescifrable rompecabezas meticulosamente calculado por Eggers.
Una virtud del director es que arriesga y apuesta en
grande. Lo hizo con su ópera prima y vuelve a repetir aquí. La película en un ambiente
general podría resultar transgresora por su propuesta -y lo es-, pero es
aplaudible ver el ruido generado a su alrededor. Cada decisión tomada en la
artesanía de la obra está bien labrada y, aunque pueda parecer ligeramente
redundante en un par de instantes, se mantiene tan firme como el faro titular. A
través de su narrativa poco confiable juega su juego y lo gana; es un ejercicio
cinematográfico de maestría absoluta.
Envolvente en todos los sentidos, The Lighthouse es una
pesadilla canalizada a través del remanente de terror más puro y caótico que la
ambigüedad oscurantista del paganismo marítimo puede convocar: la locura
humana.
Calificación: 🌟🌟🌟🌟🌟
Aún disponible en cines.



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