Reseña - Marriage Story
País: Estados Unidos
Director: Noah Baumbach
Elenco: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern
Sinopsis: Con heridas de por medio acumuladas con los años,
el divorcio es inminente para Charlie y Nicole. Tanto para ellos como para su
hijo, sus vidas están por cambiar para siempre.
Escritas quedan las palabras en tinta, nunca dichas a los
ojos de un amor que ya no es. Se leen y resuenan. En pantalla se encuentran los
esposos en terapia, intentando rescatar lo moribundo de su amor. Entender las
sensibilidades que rodean la posteridad del amor es algo complejo; la ruptura
llega como agente de cambio y transforma el mundo como se conoce. Es una suerte
de apocalipsis sentimental, y Noah Baumbach lo entiende.
La película no duda en iniciar con cálida honestidad, pintando
escenas de un matrimonio amoroso, cotidiano y sobre todo real, tan real como la
frialdad que inmediatamente corta cualquier ternura expuesta y la suplanta con una
tensión que nunca desaparece. Conforme pasan los minutos, entendemos la
naturaleza desgraciada del desamor que contemplamos, y entonces nos adentramos en
el microcosmos marital de Nicole y Charlie, interpretados con maestría absoluta
por Scarlett Johansson y Adam Driver. Otro elemento clave aquí es Henry, hijo
de los protagonistas interpretado por un carismático Azhy Robertson.
La principal fortaleza del guión reside en el entendimiento
de la sinapsis sentimental de lo que es una relación. Conocer, amar y sostener,
así como ser conocidos, amados y sostenidos. Es este el palacio que dos
personas construyen desde el primer cimiento hasta el último, el laberinto que
recorren sin temor a perderse en los pasillos, siendo viajeros en lo
desconocido del cosmos emocional que sólo el amor de puede ofrecer. ¿Y qué pasa
entonces, con el amor después del amor?
Baumbach busca poner a los personajes en una situación
similar a las de sus profesiones y los somete a una tragicomedia que se
desenvuelve cual obra de teatro, ofreciendo juegos de escenas, discusiones y
monólogos que se complementan entre sí para construir el rompecabezas desde
todas las perspectivas y lograr una objetividad magnífica que no busca
colocarnos entre héroes y villanos. Cada personaje que aparece aquí está lleno
de matices y una humanidad tan falible como virtuosa. Sus decisiones las
entendemos, alentamos y rechazamos porque no son nada más que el reflejo de
personas identificables. Son personas reales.
Aunado a esto, la cámara de Robbie Ryan se sitúa mayoritariamente
en posiciones inteligentes que permiten un aprovechamiento excelente del
espacio y nutre significativamente la imagen con simbolismos espaciales y
visuales para los personajes y la historia situada entre los nublados
neoyorkinos y los soleados californianos. La desesperación, la soledad, el amor
y su ausencia, todo retratado con suma precisión. Mención aparte a la emotiva
musicalización por Andy Newman, que juega abiertamente con sonidos que fluyen
con clasicismo elegante y fuerte sentimentalismo.
Esta es una película que se permea de tristeza abrumadora por
ser cruda en su temática: el desenamoramiento y el impacto que deja en su
camino, porque amar es un acto causante de evolución. Esta es una historia
sobre el desamor en el amor y el amor en el desamor; la simbiosis sentimental
que surge en una relación. Prueba de esto son las acciones de los protagonistas
entre ellos a lo largo de la cinta; conocen sus modismos y sus gustos,
entienden sus personalidades y, pese a cualquier guerra legal o puñalada verbal,
aceptan lo que significan el uno para el otro y desean conservarlo, sea por su
bien o por el de su hijo.
Con una construcción dramática impecable y pesos actorales de
fuerza absoluta, Marriage Story es un cántico a las virtudes del amor en su
vuelo más alto y su caída más baja; a su vida, su muerte y lo que sigue después.
Es un cántico que lamenta tanto como celebra todo aquello que significa estar
vivo y amar, aún cuando no tenga sentido hacerlo.
Calificación: 🌟🌟🌟🌟🌟
Disponible en cines selectos y Netflix.
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